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Mi Sangre BDSM, ¿Por qué?

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marzo 04, 2023

Entrenamiento Pet - Experiencia

 

Imagen tomada de la red.


Entrenamiento Pet

Después de unos días de ausencia, regreso deseando compartir una reciente experiencia con mi Sr.V.  Lo que voy a narrarles es un poco de nuestro entrenamiento pet, Él mi entrenador, yo su feliz y traviesa cachorra.

El contexto es algo simple hasta cierto punto, en casa tenemos nuestra zona de juguetes sexuales/bdsmeros ordenados, limpios para que estén listos para usarse. Cuando mi Sr.V llega, lo recibo arrodillada, con una sonrisa y ropa, para en su presencia despojarme de ella.

Bien, en esta ocasión quería jugar, decidí hacer algo diferente; cuando él abrió la puerta, yo estaba sin sostén alguno, sin blusa, ni recato, ¡Me encantaron sus ojos y sonrisa de sorpresa cuando me vio!; se terminó de instalar, cenamos, charlamos y cuando creí que iba a mandarme a dormir, me dijo:

-Mi cachorra, trae por favor la colita y las pinzas, ¡ah!, se termina de quitar lo que trae de ropa.

-En dos segundos mi Sr.-, me quité mi short, mi tanguita, le llevé lo que había indicado frente a él.

-Colóquese la colita mi cachorra, va a entrar usted en modo pet.

Me voltee, me incliné, me expuse ante Él como queriendo no hacerlo, coloqué la colita y comencé a ser su traviesa cachorra: me frote en sus rodillas, pedía mimos en mi cabecilla, lo mordía jugando, recibiendo a cambio algunas cachetadas…

De pronto, tiro en el suelo alrededor de 80 pinzas, se sentó, colocó la canastilla frente a Él, a sus pies.

-Va a recoger cada una de las pinzas y me las va a traer al cesto.

-Guuu- dije llorando, Él sonrió, sin esperarlo, me dio una nalgada;  comencé, una por una fui llenando el cesto, me enojaba, les ladraba, las pateaba con la patita, las mordía, después de un tiempo, lo logré.

Cuando terminé, mi Sr. V me pidió acostarme en el suelo, con su pie desnudo, rico, duro, me volteo boca arriba y acaricio mi pancita con él, se colocó en cuclillas, tiro de mis pezones y me dio tremendo beso en la frente, a lo que respondí con lamidas.

Entre sus brazos me cargo, nos fuimos a la cama, Él sentado, yo hecha bolita en sus piernas mientras acariciaba/tiraba mis coletas, dormitamos; al paso del tiempo despertamos, volvimos a nuestra faceta D y s, hicimos retrospectiva de nuestra sesión, había sido bastante intensa emocionalmente y en entrega ni se diga, cada vez florece más natural mi cachorra interna gracias a su entrenamiento y complicidad.

 

 


sobre mi

Angehn

Soy una aprendiz de Sexualidad, Afectividad, BDSM, entre otras cosas. He encontrado placer y felicidad en compartir un poco sobre estos temas que por tabús, normas sociales dominantes y otras circunstancias, les reprimimos, ignoramos y/o limitamos. Te invito a disfrutar de mi esencia sumisa simbolizada en Mi sangre BDSM...

diciembre 11, 2022

El pastel de mi Señor- Experiencia

 

Imagen: Tomada de la red


El pastel de mi Señor


La semana que termina fue el cumpleaños de mi Sr.V., día que coincidía con otro mesario desde que inicio nuestra D/s.

Días atrás habíamos acordado una sesión especial, este año no habría regalos físicos y/o comprados.

Poco a poco, llegó la noche, —Mi niña, quiero un pastel de cumpleaños— dijo, ondeando una sonrisa que denotaba morbo, deseo y satisfacción.

—Claro mi Señor...
—Amo—, me interrumpió.
—Claro, mi Amo—, corregí.
—Bien, desnúdese— Mi pidió

Sorprendida, mirando al suelo, quitando mi chamarra, mi blusa, mi sostén, mis jeans, mi braga, mis calcetines; me arrodilló y quedó frente a él.

—Listo mi Se...Amo—, le dije con una voz tierna, algo nerviosa.

Escuché que acomodaba algo, pero no me atreví a voltear, de pronto no resistí, levanté la mirada y vi algunas velitas, unas bebidas y la caja de cerillos.

—Boca arriba, peque, en el suelo— Me pidió, lo hice, el suelo estaba terriblemente frío, odio el frío, él noto cuando mis pezones se encogieron por tal temperatura.

—¿Sabes peque?, Este año quise un pastel especial—, me decía mientras iba encendiendo las velitas, una por una y las colocaba en mi vientre.

No le dije nada, pero estaba comenzando a excitarme, lo noto, ¡claro que lo noto! con la humedad de mi entrepierna, lo erecto de los pezones que pellizco.

Tomo una silla, se sentó frente a mi y me dijo —Quiero que platiquemos de algo especial, quiero decir, siempre hablamos de retroalimentaciones positivas, generales, nos falta algo, así que vamos a respondernos dos preguntas: ¿Qué no nos gusta de nosotros en la relación? Y ¿Qué no nos gusta el uno del otro en la relación?


—¡Ay! Me encanta la idea mi Señor—, respondí emocionada, cuidando mi emoción para no derramar cera en mí.

—Bien, las damas primero—, internamente no dejaba de decir "Ash, Ash, ash", comencé a explicarle lo que no me gustaba de mí, lo que no me había encantado de él en la relación.

Me gustó mucho que desde el inicio dijimos que ambos teníamos algo que decir, al final, ninguna persona es perfecta.

—Bien, hemos concluido la sesión de preguntas—, me dijo bromeando.

—Oiga, su turno—, le dije, sabiendo que me estaba tratando de hacer trampa.

Se rio, le sonreí y comencé a dar pequeños gritos...la cera comenzaba a derramarse por el vientre, por los costados.

—¡Ay, ay, ay!— Dije sollozando, —Duele mi Señor—.

—Lo sé, mi pastelito de cumpleaños—, me respondió, me excitó, de pronto no importaba la cera, importaba lo duro que estaba palpitando mi entrepierna.

—Gracias al cielo, no cayó en los pezones, nunca he sentido la cera allí mi Amo—

—Todavía, peque, porque en un ratito más será una orden—, ¡Cómo lo odie que me excitara aún más! Era muy difícil no moverse con los espasmos que me causaba, pero sin dudar, estaba disfrutando el momento.

Mi Amo comenzó a responderme sus preguntas, mientras lo veía, respiraba y trataba de que la vela no se derramará.

Dos preguntas nos llevaron a una larga plática, de tal modo que las velas ya estaban por consumirse, la siguiente indicación fue "En los pezones".

La vela se inclinó desde una distancia considerable, comenzó a caer el chorro en los pezones, dolía, quemaba, gustaba, excitaba...lejos de un squirt, no estaba. Terminé sonriendo, viendo sus ojos brillantes, iluminados, tan contentos.

Seguimos platicando, la cera comenzó a secarse, comenzaba a incomodar, Él lo notó, me ayudó a levantarme, tomó su mano, comenzó a dar pequeñas palmadas que iban botando la cera.

Gritaba, me retorcía, me aliviaba que pausara y me diera besos que terminaba por sentirlos como aftercare.

Rumbo al final, colocó un poco de pomada en mi piel, dormimos juntos, nos quedamos muy felices.

Fue la primera vez que fui el pastel de mi Amo.









sobre mi

Angehn

Soy una aprendiz de Sexualidad, Afectividad, BDSM, entre otras cosas. He encontrado placer y felicidad en compartir un poco sobre estos temas que por tabús, normas sociales dominantes y otras circunstancias, les reprimimos, ignoramos y/o limitamos. Te invito a disfrutar de mi esencia sumisa simbolizada en Mi sangre BDSM...

noviembre 13, 2022

Una sumisa ordeñada- Experiencia


Imagen tomada de la red
https://bit.ly/3GelN2L


Una sumisa ordeñada 


La última sesión que tuve con mi Sr. V fue mágica, como todas, pero está venía cargada de buenas noticias, era una pequeña celebración.

—Desnudese mi niña—, me dijo, no pude evitar sonrojarme, ¿Cuántas veces he hecho esto?, sinceramente he perdido la cuenta, aún así, no pude evitar poner el rostro apenado, las mejillas rojas, unos labios palpitantes, una ropa callendo lentamente al suelo como queriendo quedarse en su lugar.

Cuando mi cuerpo está desnudo, lo revisa, lo inspecciona, lo observa, casi podría decir que lo contempla. Su mirada es profunda, enamorada, deseosa de hacer arte con mi piel, su piel.

Naturalmente, me encontraba de rodillas, me colocó un antifaz, respiro en mí, pellizco mis pezones lento, suave, placentero...y de pronto, un gemido con sonido a grito quería salir de mi boca...sus manos tiraron, apretaron, mordieron mis ya sensibles pezones.

Sin dejar pasar minutos, colocó las pinzas que me compró, ¡Dios mío, dolían tanto!, Volví a gemir, naturalmente perdí la posición y sin dudar tiro de mi coleta de cabello.

El calor me consumía por fuera y por dentro, una vela comenzó a recorrer mi cuerpo, no había cera en mi, la llama no me quemaba, me daba vida.

En dos segundos, mi Señor tiro de mi cabello hacía atrás, fue dejando caer sobre mis tetas, sobre mi vientre, sobre mi monte de Venus gotas de cera que me enloquecían, me quemaban y me estaban cocinando un delicioso orgasmo.

—Mi Señor...¿puedo tener un orgasmo?—, le dije aguantando desde lo más profundo de mis entrañas.

—No, eso no suena suplicante. Convénceme mi niña.— Me respondió. No ví su mirada, pero sabía que estaba sonriendo, no bromeaba, sabía que me estaba consumiendo, sabía que no podría pensar, sabía que solo podía hacer lo que más me saliera del alma.

Pedí permiso para cambiar mi posición para tal tarea, me lo concedió, con mis manos busque sus pies, me incliné ante ellos, los besé, le pedí gimiendo me permitiera tener un orgasmo.

—Hoy te voy a ordeñar mi niña, tendrás tu orgasmo siempre que caiga en este balde que he preparado para ti.— dijo mientras quitaba el antifaz de mi vista.

Me ordenó ponerme en la posición -humble**-, colocó el balde entre mis piernas y sin reparo comencé a llenarlo con un orgasmo que parecía interminable.

—Mi Señor, muchas gracias por este orgasmo—, le dije con el poco aliento que me quedaba. Sonrío, me dió un beso en la mejilla, y me tomó de mi coleta para quedar frente al balde que había ocupado.

—¡No, no mi Sr. Sé lo que piensa, por favor, nooo, es muy salado— le dije suplicando.

—¡Ay, mi niña!, Hazme un favor, confirma que está salado ese rico orgasmo—

Sin remedar, con la mente jugandome al "por qué haces esto", metí la carita, saque la lengua y confirme después de varios tragos que mi orgasmo estaba salado.

—Bueno peque, continuemos, hoy será día de ordeñar a mi niña— me dijo sonriendo.

Después de varios orgasmos que me supieron a tortura con demás incentivos dolorosos, mi Sr me levantó, me llevo a la ducha, me lavó de una manera en que me perdí en el agua de sus manos; me puso mi pijama, platicamos de la divertida sesión que habíamos tenido.

Le debo castigos, solo Dios sabe cómo los voy a pagar, porque el dolor se ha vuelto su cómplice para ser una sumisa ordeñada.



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** A continuación pongo una imagen para recordar la postura humble.
Imagen tomada de la red.
https://bit.ly/3g9MY3Y



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octubre 27, 2022

Limpiar desnuda- experiencia

 

Imagen tomada de la red.


Limpiar desnuda- experiencia


Jamás había encontrado en el quehacer domestico una sensación tan excitante, creo que no es la actividad en sí, sino el significado y con quién se vive.

Me gusta hacer limpieza en casa, hay algunas tareas que prefiero más que otras; sin embargo, nunca lo había hecho desnuda, mucho menos con una mirada supervisando la obra.

Este mes con mi Sr.V tuve la oportunidad de vivir castigos y faena como a él le gusta: desnuda, con muñequeras, tobilleras y cadenas. Fue algo curioso cuando inicio: un día estratégico, una casa sola, las ganas a full como siempre.

Mi Sr. V previamente me había preguntado mis planes del día (casual o sospechosamente), le dije que al tener la casa sola, aprovecharía para hacer limpieza. Estaba segura de que su mente planeaba algo para ello, claro que nunca imagine lo que iba a suceder.

-Mi niña, desnúdate, colócate muñequeras y tobilleras- dijo mientras me miraba con un rostro inquisitivo, lleno de deseo y satisfacción. -Algo más, harás labores en 4, como la cachorra que eres y con las cadenas-.

-Pero…pero, no podré hacerlo tan rápido mi Sr.- dije con duda y algo excitada por sus indicaciones.

-No llevamos prisa, peque, ¿o sí? - dijo sarcástico, con una sonrisa que me mata.

-No mi Sr., parece que no- contesté con el rostro hacía abajo.

-Pues, no perdamos tiempo, comienza-

La primera tarea en la lista era limpieza en los areneros de les Michis (gathijos), como mi Sr lo había indicado, me coloque en 4, desnuda. ¡Fue brutal!, ¿la razón?, les michis tiran arena fuera del arenero, pequeños granitos de arena se me clavaban como arroces en mis rodillas, ¡dolía horrores!, quería llorar, pero ocurría algo, estaba más que excitada, con los pezones bien erectos (como al Sr. V le encantan), mi piel con una suavidad diferente y mi respiración más rápida.

- ¿Todo bien peque? - Me pregunto el Sr.V, en parte sabiendo la respuesta.

-Sí mi Sr., me duelen mucho las rodillas…extrañamente, estoy muy excitada. - Conteste con algo de vergüenza, no pudiendo verlo a la cara.

-Tu cuerpo te delata. Unas pinzas en esos pezones vienen bien- Sonrió.

-¿Pi…pinzas, mi Señor?

-Eso dije-

Coloque pinzas como él lo indico, una completa tortura: ¡las amo!, ¡las odio a esas bellezas de madera! Ciertamente hacer labores en 4, con las pinzas, desnuda…no tenía mente ni siquiera para coordinar, estaba excitada, quería tocarme, deseaba hacerlo, pero como castigo lo tenía prohibido, al igual que tener un orgasmo.

Cuando terminó la jornada, entre excitación, dolor, exhibicionismo, tuvimos nuestro necesario y merecido Aftercare, charlamos de la experiencia…era nuestra primera vez haciendo una sesión así, fue más que especial, fuera de la tortura y horas de placer, me sorprende cómo actividades domesticas tan simples, se convirtieron en un incentivo tan potente,  cruel, cómplice, deseable…sí, deseable…espero con ansias el próximo día que mi Sr. V me sorprenda con más sesiones…como las de este mes.


Gracias por leer un poco de esta mágica experiencia.





sobre mi

Angehn

Soy una aprendiz de Sexualidad, Afectividad, BDSM, entre otras cosas. He encontrado placer y felicidad en compartir un poco sobre estos temas que por tabús, normas sociales dominantes y otras circunstancias, les reprimimos, ignoramos y/o limitamos. Te invito a disfrutar de mi esencia sumisa simbolizada en Mi sangre BDSM...

septiembre 16, 2022

Sumisa aprendiz de atadora Shibari

2022, fotografía propia.

 


Sumisa aprendiz de atadora Shibari

 


Del deseo a la autoexploración

Desde hace unos años había anhelado ser modelo y/o roppe bunny de Shibari, lo cierto es que había venido la pandemia y resultaba un tanto difícil poder serlo.

Hubo oportunidades e invitaciones, todas ellas no se concretaron, algunas pedían algo a lo que no estaba dispuesta hacer, así que entre mi desanimo de no encontrar ese modelaje un tanto artístico-emocional[1] que buscaba, decidí irme por una corriente que estaba fluyendo en Venezuela llamada “selfbondage”, que no es más que atarse a sí misma.

El Shibari implica técnica, creatividad, responsabilidad y un tanto de paciencia, el primer paso era conseguir las cuerdas pertinentes, el segundo, lanzarme a algún taller para ir aprendiendo. Suena a recetario, pero la vida no es así, por lo que tendría que pasar un tiempo para conseguir cuerdas de algodón y otro más para llegar a mi primer taller de ataduras básicas.

Cuando me regalaron mis primeras cuerdas recuerdo que estaba hipnotizada, no podía con la emoción y de inmediato comencé a buscar espacios donde pudiese aprender con una guía, lamentablemente me encontraba con factores adversos como la lejanía, las horas tarde del taller, a veces el precio que me hacían bajar los hombros por momentos.

Llego un instante en que se me ocurrió experimentar, algo muy autodidacta que fluyo de manera única, ya que era mi cuerpo y las cuerdas.

Recuerdo que al finalizar mi primer autosesión consulte a una de las personas que más admiro en el mundo de Shibari, la señorita Danna, y le pedí me diera su opinión sobre mi “arte” (o intento de); entre consejos y retroalimentación me dijo ¿Por qué no lo haces desnuda? …un boom que estaba por descubrir… es que sentir una cuerda rozar tu piel: la firmeza, la certeza, la suavidad, la conexión y concentración que me genera…de inmediato me hacía entrar en un espacio donde conectaba con mi yo interior, no a manera de meditación, sino de sentir el cuerpo en consonancia con el alma.

 

Del autoconocimiento a la afectividad

Vinieron meses muy oscuros en mi vida, lo que más deseaba y lo que menos tenía era un abrazo, así que un día me las ingenie para crearlo con mis cuerdas, mismas que estaban a mi disposición siempre; ellas me hacían sentir que yo misma era capaz de darme ese apoyo, esa caricia que mi ser necesitaba.

Ahí descubrí que las cuerdas no solo son arte y erotismo, también eran motores de afectividad.

 

De modelo a aprendiz de atadora

Reiterando mi deseo de aprender a autoatarme, logré que una de mis amistades cercanas aceptara a ir conmigo a un taller de ataduras básicas donde no solo aprendí varias de ellas, sino un extraño gusto por ser aprendiz de atadora. Explico más de ello:

La idea original al ir al taller era ser yo la modelo, es decir, la persona atada, lo cierto es que desde horas antes, mientras hacia unas practicas en uno de los parques cercanos, mi amigo estaba dudoso, un tanto nervioso por lo que iba a ocurrir en el taller.

Ya en el espacio del taller entendí que la seguridad al estar haciendo un nudo y/o atadura es fundamental. Mi amistad me ato en algunas prácticas, pero esa inseguridad que sentía se transmitía como si la cuerda en sí fuera un hilo conductor de emociones, por lo que, al dar inicio la atadura más elaborada, Lettho (mi amigo) prefirió ser la persona atada.

El instructor por momentos sentía que iba un poco rápido, no me incomodaba del todo, le veía como un reto a seguir el ritmo: cuando algo no me salía al 100, no desesperaba, improvisaba recordando un poco de mis autosesiones, llegando eventualmente una corrección por parte del instructor ¡y listo!

En torno a la sensación de tener a alguien atado te cuento que es una lluvia de emociones: no solo agradeces la confianza que alguien deposita en ti para mostrarse vulnerable y permitirte usar su cuerpo como escultura de arte, sino es una sensación de tener el control, que te hace fuerte, responsable (de ti y la persona atada), segura de sí, en fin…emociones que te alimentan el alma.

La concentración es indiscutible, iniciada la atadura, no me permitía pensar en nada que no fuera mi amigo Lettho, la atadura y el bienestar de Lettho. Algunas personas le encontraban un tanto difícil dividir el foco de atención, no es por vanidad, pero, encontré cierta experiencia en ello; lo que me pareció nuevo fue el poder de tener en mis manos a una persona más alta, más grande físicamente que yo. Ese poder no me excito, pero si me hizo sentir sumamente segura de mí misma.

Compartiendo un poquito del sentir de Lettho durante la experiencia, él me compartió que no sintió miedo o inseguridad en el momento de la atadura, sabía lo que yo hacía, confiaba en mí y se permitió fluir entre cuerdas. En el fondo él buscaba que yo aprendiera y gusto del proceso.

Para el momento de retirar las cuerdas, no quería que fuera quitar por quitar, hice que las sintiera, que su piel, su camiseta, que su interior conectara con ellas. Se que si les menciono que impregne energía en ese momento (al igual que en todo el taller) no me van a creer del todo, pero así fue, canalice tanta energía positiva como pude a través de las cuerdas.

Ya en el aftercare, busqué darle un masaje y un abrazo a su torso, después de una sesión llena de energía y autoconocimiento/autoeficacia, fue mi manera de agradecer esa confianza depositada en mi persona.

No se si pronto se vuelva a repetir la experiencia, pero sin duda fue un taller que me hizo aprender más de mi alma sumisa que no deja de sentir excitación, amor, deseo, pasión por entregarse a su Sr.V, misma que encontró un gusto en atar a alguien que no sea precisamente ella misma.

Algo que no puede pasar desapercibido, es que una vez que sientes la gran responsabilidad de lo que implica el control de otra persona, valoras (y agradeces en mi caso particular) el control que tu D (Dominante) ejerce en ti, ya que llega un punto donde en una sesión te preocupas más por la otra persona que en ti: se requiere concentración en la práctica que se esta realizando, atención a tu s (Sumi), atención en tu autoregulación, etcétera, etcétera.

Mi admiración y respeto para l@s D, principalmente, mi Sr. V.



[1] En el sentido de lograr lo que hace el arte: transmitir emociones.






sobre mi

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septiembre 13, 2022

Ceremonia de collar en Consideración

 

2022. Fotografía propia.


Ceremonia de collar en Consideración


Cuando recién entre al mundo del BDSM no sabia que las relaciones de Dominación/sumisión (D/s) tenían sus etapas y respectivos protocolos generales que cada pareja vive a su manera única-particular; me refiero propiamente a la etapa de: consideración, formación/entrenamiento y propiedad.

Hablando muy resumidamente de la primera etapa:

La etapa de consideración es un momento en donde tanto la persona dominante (D) y la persona sumisa (s) han decidido dar por iniciada una relación D/s, es un periodo de mutuo conocimiento no de manera inicial per se, sino dentro de una D/s: gustos mutuos, nuevos límites, nuevas prácticas, nuevos acuerdos, nuevo protocolo, etcétera.

Si bien es cierto que se ha enfocado a que la decisión de continuar el proceso de formación y pertenencia le corresponde a la persona D, lo cierto es que es un proceso bilateral, bidireccional donde la parte s tiene voz y voto, así que podría considerarse un periodo de mutua evaluación dentro de una D/s, donde en una relación de naturaleza vertical, hay voz y voto horizontal.

Lo cierto es que no hay una duración fija en stricto sentido, es a consideración -y propuesta- de cada D, donde hay un consenso con la persona s.

 

Mi experiencia.

En esta ocasión me gustaría compartir un poco de mi recién ceremonia de acollaramiento, la cual, me desborda de la emoción, ¿qué mejor manera de plasmar un recuerdo, que a través de las letras?, bien, aquí voy.

Mi D/s nació desde lo más puro y noble de una amistad: un espacio, un refugio, un hogar donde ser escuchad@s, respetad@s, apoyad@s, en fin, lo que es una amistad: un tipo de amor mutuo e incondicional. Con el tiempo, tuvimos la oportunidad de vivir nuestros roles de menos a más.

Cuando llego la formal propuesta de convertirnos en una D/s, ya había ocurrido un periodo de conocimiento individual y de amistad, sabíamos nuestros contextos, personalidades, limitantes, prioridades, lo que buscábamos de manera individual, así como de pareja y bueno, fueron platicas, platicas, platicas a veces cómodas, otras incomodas, pero necesarias.

Concordamos en que ambos sentíamos algo especial, más allá de un plano vainilla y más allá de una propia D/s, quizá un poco de ambos mundos, probablemente lo mejor de cada uno. Bueno, sabemos que el futuro es incierto y que tanto es posible un “felices para siempre” como un “hasta aquí fue sano”, así que, pensando en el presente, decidimos hacer algo especial de lo que estamos construyendo en el presente.

La ceremonia fue fechada, privada, con elementos de la naturaleza, ofrecida a la vida por la valiosa oportunidad de coincidir y disfrutar este momento de manera mutua. Ofrecimos votos de entrega bidireccional, hablamos como dos enamorados confesando sus emociones, de los cambios que iban a nacer, de lo que aspirábamos, de los tiempos que fijaríamos para el periodo de consideración.

Sellamos el pacto de amor con dolor, fuego y pasión.

 

Es la primera vez que uso un collar físico de consideración, además de mi collar virtual. Aún siento que fue un sueño, no sé qué depare el futuro, solo sé que el presente es una delicia.







sobre mi

Angehn

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Hasta siempre Adler

 

2021. Fotografía propia


Hasta siempre Adler


Decir adiós no solo significa terminar una relación de cualquier índole: persona-familia, persona-escuela, persona-persona, persona-mascota, etc., sino cerrar etapas de la vida para subir a otro nivel.

Se ha leído y escuchado que cada cierre e inicio de etapa se vive un duelo, este proceso en que el ser se acostumbra a una nueva forma de la realidad.

Después de una breve meditación, me he dado cuenta que al escribir estas líneas, me encuentro en este proceso cíclico que deviene del desprendimiento del Nick con el que viví tantos meses.

Ese Nick por el que muchos amigu@s y conocid@s me conocieron, me fue colocado en mi primera D/s, pero, lo cierto es que cuando el Nick fue de mi propiedad, le transmuté más significados al paso en que me conocía a mí misma.

Mi Nick Adler significaba -águila- en alemán, un ave que admiro por su poder que impone por sus características innatas. La letra A para mí simboliza poder, no solo por ser la primera vocal y consonante, es aquella que me conecta con mi identidad cotidiana, me permite verme y sentirme como un todo.

El águila real suele habitar en áreas montañosas o relieve quebrado, hábitat que suele ser mi contexto vaya a donde vaya; quiero decir, siempre hay una oportunidad para estar en la cima aunque llegar allí no sea fácil.

El águila es ágil y veloz, lo cual conecta con mi rapidez en crecimiento, aprendizaje y regeneración.

El águila suele ser un ser adaptable, en mi caso, soy un alma que ha aprendido a acostumbrarse a los cambios externos e internos de la vida y de mí misma. Soy flexible y abierta en pensamiento.

Una cualidad del águila es la tenacidad, aunque no precisamente por vivir en Tierra firme e inamovible.

Un águila real es capaz de volar a 3,700m aproximadamente, lo que simboliza mi libertad a través de la Sumisión; así como lo alto de mis anhelos y sueños personales.

Su mirada penetrante, me hacen conectarme con mi pasión y sus temibles garras, me enlazan con el temperamento colérico cuando mi fuego se vuelve peligroso.

El águila, por su proximidad con el sol, se le considera un ser divino. En mi caso, soy un ser que necesita del sol para vivir y ha encontrado un poderoso ser espiritual dentro de sí.

En su mística, el águila simboliza liderazgo, una cualidad que he trabajado desde pequeña en casi todos los ámbitos de mi vida.

El tótem águila indica un animal espiritual, noble y de gran importancia. He cruzado con experiencias que me han enseñado a valorarme.

El águila es un animal que enseña a realizar las actividades con profesionalismo y responsabilidad; además de que aporta pasión, valentía. No es casualidad que sea un alma que fácilmente conecte con su realidad, abrazando estas cualidades.

En mi país, el águila real se encuentra principalmente en la bandera, misma con la que me identifico en redes internacionales donde ser mexicana y latina es una parte de mi identidad.

Adler son tantos significados que difícilmente acabaría, ahora comprendo que genere una conexión entre mi crecimiento personal y el Nick que fue mi identidad. Un hermoso vinculo de mí para mí. Un símbolo que me acompañó en cada reto que la vida me puso en el camino para pasar al siguiente nivel.


Volar al futuro

Con un poco de lágrimas y fuego purificador del alma, te dejo ir Adler, ya no puedes acompañarme a donde voy, pero siempre estarás como huella en mi pasado, como una etapa de crecimiento individual en la que de abrazar a alguien, me abrazaba a mí misma a través de ti. Gracias por formar parte de mí, gracias por darme esas alas de libertad.

Mi alma arde en fuego, el agua emocional de mis ojos brota por la firmeza de mi decisión: me desprendo de las alas con las que volamos en nuestro cielo, nacimos para volar, pero ahora necesito volar más alto…volar al futuro.

Hasta siempre Adler.




Entrada recuperada del Blog Fuego en Libertad publicada el 27 de agosto del 2021 con el nombre Volar al futuro.





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Guiños del origen de mi Sumisión II

 

Imagen tomada de la red.
https://bit.ly/3LaBmcj


Guiños del origen de mi Sumisión II


En Guiños del origen de mi Sumisión narré un sendero donde encontré placer en el beneplácito de la persona que consideraba mi autoridad. Recientemente en un ejercicio de auto reflexión para responder Preguntas de una Sumisa, descubrí un camino de hace 14 años, que se los comparto a continuación.

Esta historia tiene su origen en mi educación básica, en un grupo pequeño en el que iban y venían alumnos. En uno de esos años ingresó un compañero nuevo (a quién llamare N), que en el primer año de convivencia fue completamente ajeno a mí, pero al segundo año que coincidimos las cosas cambiaron, pues seguido llegaban una especie de cartas a mi butaca en donde venía una pregunta con lápiz “¿quieres ser mi novia?”. Siempre evadía la respuesta, en ese momento para mí tener un novio era algo malo, recuerdo la voz de mi mamá diciendo -están muy pequeños para eso-.

Avanzó el tiempo, llego Diciembre, en la escuela hubo un convivio previo a salir de vacaciones, las bancas estaban alrededor del aula, había música, comida y botana. Yo estaba sentada comiendo y llego un amigo de él diciéndome -dice N que si quieres ser su novia-. Voltee a verlo, él estaba completamente rojo, tímido en el otro extremo del salón. Esa vez, no sé, algo de mí dijo -ok, sí-. Por fin se acercó, platicamos, quedamos que no le diríamos a nadie de que éramos “novios”.

Entramos en vacaciones, para este entonces, casualidad o no mi mamá y su mamá eran muy amigas, así que su mamá invitó a la mía a una Posada[1] que iban a organizar en su casa. Esa noche llegamos algo puntuales, él nos abrió la puerta, entramos, fuimos los primeros en llegar así que mi mamá le ayudo a la suya a acomodar unas cositas finales, yo salí con él a platicar en el patio de su casa, la idea era enseñarme a su perrito algodón.

Ya en el patio, estaba algo obscuro, me gustaba molestarlo verbalmente, seguro algo le dije porque me derribó en el pasto. Él estaba casi sentado en mi vientre, tomo mis muñecas y las alzo a la altura de mi cabeza, yo intente derribarle, esta vez mi fuerza falló. Él me sujeto fuerte con una mano mis dos muñecas y con la otra comenzó a hacerme cosquillas. Lo odie profundamente en ese momento, pero me gusto. Él pedía que me disculpara y yo no pensaba hacerlo, así que él hubiese continuado de no ser que escuchamos voces de nuestras madres, me levantó y fingimos que nada ocurrió.

Las personas comenzaron a llegar, se realizo la posada y cuando acabo, se empezó a repartir comida, en ese momento yo estaba con otra compañera de la escuela y la prima de mi noviecito, quien nos dijo -N me dijo que hoy iba a venir su novia, ¿no saben quién es? -. Lo odié por decirle a su prima, pero obviamente no le dije -Soy yo-, solo fingí demencia.

Al final de la reunión, fuimos los últimos en irnos, yo no había olvidado que me “debía” el haberme derribado, así que le golpee inesperadamente con cacahuates que había en una canasta. Fue divertido hasta que nos vieron nuestras mamás y nos pusieron a limpiar.

Las vacaciones acabaron, volvimos a clases. Debo decir que en todo mi nivel básico nadie me quito el primer lugar de la clase, no niego que era interesante cuando sentía esa competencia de él que solía estar en segundo o tercer lugar (y era mucho mejor que yo en inglés.)

Al regreso a clases la profesora nos acomodo por lista, casualidades de la vida, él se sentaba delante de mí. Llevamos con regularidad nuestras clases, cuando acabábamos pronto nuestras tareas, nos hacíamos maldades, él me quitaba mis plumas, yo las suyas. Cuando yo ya había acabado mis actividades y él no, me gustaba meter las manos debajo de su respaldo para hacerle cosquillas y espantarlo. Amaba ver su rostro de “me las vas a pagar”.

En clases, en el receso, en ensayos de bailables, saliendo de la escuela, nos molestábamos todo el tiempo, me gusta pensar que nos causaba cierta satisfacción porque lo sentía mutuo.

Tristemente ese año escolar acabo y a él lo cambiaron de escuela, no niego que si extrañe no tenerle en aulas, no fue lo mismo, vinieron competencias sucias y desleales de compañeros y compañeras de clase.

Nos volvimos a ver cuando su mamá y mi mamá se comunicaron, su mamá nos había invitado a una nueva posada. Ahí nos volvimos a ver, él estaba con sus amigos, yo con una amiga. Como ya era común en nosotros, a la menor distracción nos hacíamos cosquillas, nos correteábamos y en esa ocasión si logre derribarle. En fin, la pasábamos bien.

Vino la época de entrar a la secundaria, había una posibilidad de entrar a la misma escuela, recuerdo que N le dijo a su mamá cuando se enteró - ¡Siii!, espera, ¡No! Ella me va a molestar-, su mamá se rio, yo solo le dije -Señora, soy una criatura tierna e inofensiva, ¿cómo podría molestar a su hijo? – y es que siempre he tenido carita de ángel pero de vez en cuando saco el demonio interior.

Por razones de la vida, no, ya no volvimos a coincidir en la escuela, de hecho, no nos volvimos a ver hasta dentro de 2 o 3 años cuando fue una fiesta de su prima. La reunión fue en un salón grande, él andaba corriendo, yo bailaba con mi papá. No niego que esperaba que me sacara a bailar o me hablase, pero volvió a actuar tímidamente y me evitaba.

Entramos en la Preparatoria, yo me fui a otro estado de la República, él seguido se encontraba a mi mamá, ella me contaba que le veía y aun le saludaba, yo, jamás le volví a ver.

Ciertamente escribir estas líneas me causa nostalgia porque viví momentos agradables con él: una competencia muy sana en la parte académica, constantes momentos de excitación y algo de morbo que duro varios años (para mí por lo menos).

En algún momento hice el esfuerzo de contactarle, pero ya nunca respondió. Espero que tenga una buena vida, la merece. Si algún día lee esto, ojalá que sepa que varios años fue mi fantasía y nada, le deseo lo mejor.


¿Y esta anécdota qué tiene que ver con BDSM?

Que recordé aquella vez en que me derribo (cosa que no lograban tan fácil en aquel entonces los hombres), esa ocasión en que me tuvo sometida físicamente y que desde niña me causo excitación.

Por otro lado, con él vivía constantemente la práctica de #Tickling, este juego en donde hay control y dominación a través de cosquillas, pues entre más potente fuese, más causaba placer.

No fue propiamente BDSM, pues no sé si él lo disfrutaba, pero a mi me encantaba tentarle para que él me las hiciera o intentara someterme otra vez.

En fin, estimulantes recuerdos.



[1] Son tradiciones en México durante la época navideña. Se celebran desde 9 días antes de Navidad, las personas rezan y cantan villancicos cada día. Los caseros ofrecen ponche, cañas, naranjas o mandarinas y una bolsita con dulces y cacahuates llamada colación, sin faltar las piñatas llenas de dulces. https://bit.ly/3wrD9Rj



Entrada recuperada del Blog Fuego en Libertad publicada el 10 de julio del 2021 con el nombre Un origen más remoto- Anécdota.






sobre mi

Angehn

Soy una aprendiz de Sexualidad, Afectividad, BDSM, entre otras cosas. He encontrado placer y felicidad en compartir un poco sobre estos temas que por tabús, normas sociales dominantes y otras circunstancias, les reprimimos, ignoramos y/o limitamos. Te invito a disfrutar de mi esencia sumisa simbolizada en Mi sangre BDSM...

Guiños del origen de mi Sumisión

 

Imagen tomada de la red.
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Guiños del origen de mi Sumisión


Cada Sumis@ encuentra en su historia de vida un camino que le lleva a la Sumisión, ese profundo sentir que busca aflorar desde el alma, que es a la vez un tesoro que deseamos compartir con nuestr@ Dominante.

De manera personal creía que mi sentir de sumisión provenía de una necesidad de soltar el poder, la responsabilidad, el control de mi vida cotidiana, es decir, una necesidad traducida a liberación. En una parte así es, sin embargo he encontrado que hay un origen todavía más remoto y ese es encontrar satisfacción en el beneplácito de la persona que considero mi autoridad, persona a la que sin duda, admiro.


Guiños de un origen

Analizando mi intrabiografía, es decir, las emociones que me provocaron hechos/sucesos claves en mi vida, encontré una anécdota que me hizo descubrir un poco del origen de mi esencia sumisa:

Cuando tenía 14 años, anhelaba bailar de manera espectacular mi “vals” de XV años, así que les pedí a mis padres que contratásemos una academia para que los chambelanes bailaran profesionalmente.

De terceros escuche que muchas familias decidían no contratar a chambelanes porque hacían quedar “mal” a las festejadas. Ello no me dio miedo, mi objetivo era un baile espectacular, obviamente estaba decidida a relucir.

Los planes siguieron, se contrató una academia en la que mi instructor/coreógrafo y yo comenzamos a ensayar el vals (uno de los 8 bailes pronosticados).

En mi primera clase no pude evitar sentirme torpe, pues sentía que él iba muy rápido, mi mente no memorizaba del todo la secuencia y mis posturas no eran las mejores. Note su rostro de decepción, lo cual odie con el alma, tanto que llegando a casa me puse a practicar frente al espejo.

A la siguiente clase, repetimos y su rostro fue de completo asombro y satisfacción. Me dijo - ¡estuviste practicando! -, a lo que respondí que sí. A partir de ahí, él fue todavía más rápido, me exigía posturas más perfectas porque daba por hecho que iba a practicar mis imperfecciones en casa.

Un día, me dijo que me integrara a sus clases de Jazz y Zumba porque me darían mayor flexibilidad y movilidad para mis bailes, así que a las 6 o 5 de la tarde, dependiendo el día, ahí estaba.

Las clases las impartía él, su pareja o una chica. Cuando él las impartía eran clases super cansadas, él ya sabía cuáles eran los ejercicios que me mataban, pero como “eran parte de la coreografía”, se colocaba a un lado mío para seguir corrigiendo mis errores.

Los días en que mis practicas o ensayos no eran del todo buenos, en las clases de las tardes (Jazz o Zumba) él las pedía, ponía los ejercicios/rutinas que odiaba, me corregía y me ponía al frente aunque me escondiera entre las personas. Durante la clase veía su rostro en el espejo, él me observaba con una cruel sonrisa y al finalizar la clase, antes de irme me decía – espero que hayas disfrutado la clase, preciosa, hasta mañana-. ¡Joder! Cómo odiaba eso, me recordaba que había hecho algo mal, y aunque de alguna forma “pagaba” mi imperfección, me excitaba su crueldad.

La historia de cómo me enseño a usar zapatillas fue algo parecida, le importaba mucho mi porte, mi equilibrio, mi silencio y elegancia al caminar; en un salón vacío donde solo estábamos él y yo, era un jodido reto lograrlo, de verdad, no me daba reglazos porque no tenía regla, pero no cantaba del todo “victoria”, ya me conocía más, sabía cómo darle a mi ego… él se puso zapatillas, el doble de altas que las mías, camino cumpliendo sus exigencias y me dijo – ¿ves cómo es muy fácil?, así harás la diferencia, o ¿no quieres una fiesta espectacular? -. ¡Jo-der! Pues no me fui hasta que me salió bien.

Debo decir que con o sin chambelanes, él me cuidaba mucho, así como cuidaba todos los detalles y posturas. El día que nos tocó ensayar en el salón yo pise por accidente mi falda del vestido y me caí, él pensó que había sido uno de los chambelanes y él pobre chavo no se la acaba en regaños, pese a que le aclare que había sido mi error.

En muchos sentidos mi instructor/coreógrafo fue duro conmigo, no obstante gracias a él logré el baile que quería y hasta descubrí:

Mi placer en su beneplácito, en su rostro de satisfacción.
Mi aceptación de sus “castigos”, aunque definitivamente los odiaba. (Digo “aceptar” porque sabiendo lo que iba ocurrir en las clases vespertinas, tenía la oportunidad de no ir, pero siempre iba… ¿eso me hace masoquista?)
Mi deseo de ser poseída. Deseaba en el fondo de mi ser, que cada vez que tocaba mi cintura o alguna parte de mis extremidades para corregir mis posturas, me usara sexualmente; además, sentía en el pecho unas ganas de arrodillarme ante él sin razón aparente, añoraba ser de su propiedad.

Yo lo amaba por ser duro conmigo, por instruirme para ser “diferente”, por ayudarme a lograr mi objetivo (un baile espectacular), por cuidarme en cada ensayo, por respetar mi cuerpo. Nunca pasamos a más, él era gay, yo era una colegiala de Secundaria; años después, él falleció.


¿Esta anécdota es BDSM?

La anécdota que les comparto no es formalmente BDSM toda vez que no hubo un acuerdo donde existieran los principios del Sano, Seguro, Consensuado.

Las acciones antes narradas solo me ayudaron a comprender más mis sentires de sumisión, encontrando que mi placer esta en entregarle lo mejor de mi a mi Dominante, quiero decir, servirle impecablemente atendiendo a su guía e instrucción, y desde luego, entregarle mi tesoro de sumisión en mente, cuerpo y alma.



Entrada recuperada del Blog Fuego en Libertad publicada el 12 de junio del 2021 con el nombre Camino a la Sumisión- Anécdota.





sobre mi

Angehn

Soy una aprendiz de Sexualidad, Afectividad, BDSM, entre otras cosas. He encontrado placer y felicidad en compartir un poco sobre estos temas que por tabús, normas sociales dominantes y otras circunstancias, les reprimimos, ignoramos y/o limitamos. Te invito a disfrutar de mi esencia sumisa simbolizada en Mi sangre BDSM...

¿Cómo se siente descubrirse practicante BDSM?

 

Imagen tomada de la red.
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¿Cómo se siente descubrirse practicante BDSM?


Cuando descubres que te gusta o te gustaría hacer algo que socialmente no es aprobado, lo primero que pasa por tu mente es un shock que te hace preguntarte “¿por qué me gusta esto?” “¿estoy enfermo (a)?” “¡Esto está mal!”, pueden venir algunas autocriticas o miedos como “¿Qué van a decir de mí si se enteran?”, “¿estoy defraudando a alguien por querer esto?” “Si se enteran, jamás me van a querer o a ver igual”.

Después de un largo o corto tiempo de negación, viene la represión, crees que lo mejor que puedes hacer es ocultarlo e intentas vivir con lo que “está bien”, en caso de ser mujer, esperar el cortejo de un hombre que se gane poco a poco tu corazón y algo más.

Todo es perfecto hasta que algo no cuadra, quiero decir, un coito convencional no es lo que buscabas.

¿Qué pasa después? Piensas que el problema eres tú, que hay un corto circuito en tu organismo que por más besos y caricias no puedes sentir una excitación plena.

Como en el sexo convencional y en la sociedad no nos enseñan a hablar de fantasías, de fetiches, de gustos previo al coito y posterior a él, creces con tantos prejuicios que acabas por apagarte. Por suerte, las circunstancias te permiten “iniciar otra vez”, así que decides buscar la solución al problema.

Creo que todo acercamiento al BDSM comienza con un proceso de autoconocimiento, así que buscas escenas, prácticas, fantasías, fetiches aunque el miedo de aceptarlo en el proceso suele ser cruel. Al final, cuando te rindes y aceptas lo que te gusta, aprendes a salir del capullo como una oruga que se ha transformado a mariposa.

¿Cuál es el siguiente paso? Decírselo a la persona que amas y que te acepte o rechace. Si bien la vida no es blanco o negro, en estas circunstancias es difícil llegar a un punto medio porque si a ambos no les gusta, jamás será justo para ambos, ni ambos lo disfrutarán por igual. Hay parejas que logran encontrar un poco de pasión en esto y se encuentran mutuamente, hay parejas que nunca logran empatar esos gustos y deciden terminar sanamente, incluso habrá quienes logren llegar a un punto medio. En este mundo hay tantos supuestos, que realmente todo es posible.

¿Qué viene si la relación termina? Nos visita la depresión y miedo a no conocer el ansiado placer, sin embargo, no hay prisa, a veces la misma vida pone en tu camino a una persona que te complementa, que te escucha, te lee, te comprende y te dice “Yo quiero lo mismo”.

Cuando ese momento llega, cuando esa persona te respeta, te quiere, te conoce, te valora y te permites entregarte (con independencia del rol), entiendes que no necesitas una penetración para sentir el mejor placer, es más, eso es lo de menos si es capaz de tomar tus fantasías, hacerlas realidad y robarte los más ricos orgasmos de la vida. ¿Sabes por qué? Porque no esta mal ser libres, no eres enfermo (a) por ser tu mismo (a), no eres anormal por querer de diferente manera.

Si no has conocido a esa persona, no hay prisa, las mejores experiencias llevan su proceso y su calma, mientras, se tiene una valiosa oportunidad de autoconocerse, hacer una y otra vez la checklist para conocer prácticas, así como conocer más de este mundo y que no te quieran vender una cosa por otra.

Desgraciadamente la sociedad nos tiene tan en las sombras que es difícil hablar de este tema abiertamente, pero si es tu interés vivir esto, no puedes aventarte al agua sin saber nadar, ni a sesionar ni aceptar personas que te ofrecen vivirlo si tú mismo (a) no sabes en qué consiste.

Afuera hay tantas personas que dicen ser de este mundo y solo lo utilizan para legitimar violencia y abuso que mi mejor recomendación si eres nuevo (a) es investigar más de este tema, solo es necesario tiempo e interés.

De hecho, a raíz de este peligro de investigar "en soledad", este blog tiene la finalidad de ser difusor y medio informativo del BDSM, así como de la sexualidad.

De igual forma, en México y en el mundo hay comunidades que se dedican a informar qué es y qué no es BDSM, no tengas miedo a tomar un taller o a conocer personas, la idea es aprender de manera sana, segura y consensuada.



Entrada recuperada del Blog Fuego en Libertad publicada el 30 de enero del 2021.



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Angehn

Soy una aprendiz de Sexualidad, Afectividad, BDSM, entre otras cosas. He encontrado placer y felicidad en compartir un poco sobre estos temas que por tabús, normas sociales dominantes y otras circunstancias, les reprimimos, ignoramos y/o limitamos. Te invito a disfrutar de mi esencia sumisa simbolizada en Mi sangre BDSM...