Imagen tomada de la red. |
Limpiar desnuda- experiencia
Jamás había encontrado en el quehacer domestico una sensación tan
excitante, creo que no es la actividad en sí, sino el significado y con quién
se vive.
Me gusta hacer limpieza en casa, hay algunas tareas que prefiero más que
otras; sin embargo, nunca lo había hecho desnuda, mucho menos con una mirada
supervisando la obra.
Este mes con mi Sr.V tuve la oportunidad de vivir castigos y faena como
a él le gusta: desnuda, con muñequeras, tobilleras y cadenas. Fue algo curioso
cuando inicio: un día estratégico, una casa sola, las ganas a full como
siempre.
Mi Sr. V previamente me había preguntado mis planes del día (casual o
sospechosamente), le dije que al tener la casa sola, aprovecharía para hacer
limpieza. Estaba segura de que su mente planeaba algo para ello, claro que
nunca imagine lo que iba a suceder.
-Mi niña, desnúdate, colócate muñequeras y tobilleras- dijo mientras me
miraba con un rostro inquisitivo, lleno de deseo y satisfacción. -Algo más,
harás labores en 4, como la cachorra que eres y con las cadenas-.
-Pero…pero, no podré hacerlo tan rápido mi Sr.- dije con duda y algo
excitada por sus indicaciones.
-No llevamos prisa, peque, ¿o sí? - dijo sarcástico, con una sonrisa que
me mata.
-No mi Sr., parece que no- contesté con el rostro hacía abajo.
-Pues, no perdamos tiempo, comienza-
La primera tarea en la lista era limpieza en los areneros de les Michis
(gathijos), como mi Sr lo había indicado, me coloque en 4, desnuda. ¡Fue brutal!,
¿la razón?, les michis tiran arena fuera del arenero, pequeños granitos de
arena se me clavaban como arroces en mis rodillas, ¡dolía horrores!, quería
llorar, pero ocurría algo, estaba más que excitada, con los pezones bien
erectos (como al Sr. V le encantan), mi piel con una suavidad diferente y mi
respiración más rápida.
- ¿Todo bien peque? - Me pregunto el Sr.V, en parte sabiendo la
respuesta.
-Sí mi Sr., me duelen mucho las rodillas…extrañamente, estoy muy excitada.
- Conteste con algo de vergüenza, no pudiendo verlo a la cara.
-Tu cuerpo te delata. Unas pinzas en esos pezones vienen bien- Sonrió.
-¿Pi…pinzas, mi Señor?
-Eso dije-
Coloque pinzas como él lo indico, una completa tortura: ¡las amo!, ¡las
odio a esas bellezas de madera! Ciertamente hacer labores en 4, con las pinzas,
desnuda…no tenía mente ni siquiera para coordinar, estaba excitada, quería
tocarme, deseaba hacerlo, pero como castigo lo tenía prohibido, al igual que
tener un orgasmo.
Cuando terminó la jornada, entre excitación, dolor, exhibicionismo, tuvimos
nuestro necesario y merecido Aftercare, charlamos de la experiencia…era nuestra
primera vez haciendo una sesión así, fue más que especial, fuera de la tortura y horas de placer, me sorprende cómo actividades domesticas tan simples,
se convirtieron en un incentivo tan potente, cruel, cómplice, deseable…sí, deseable…espero con ansias el próximo día que mi Sr. V me
sorprenda con más sesiones…como las de este mes.
Gracias por leer un poco de esta mágica experiencia.
Angehn
Soy una aprendiz de Sexualidad, Afectividad, BDSM, entre otras cosas. He encontrado placer y felicidad en compartir un poco sobre estos temas que por tabús, normas sociales dominantes y otras circunstancias, les reprimimos, ignoramos y/o limitamos. Te invito a disfrutar de mi esencia sumisa simbolizada en Mi sangre BDSM...
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